Dolores

Dolor De Talon

El dolor del talón es uno de los principales padecimientos que se ven diariamente en la consulta podiátrica. Segundo motivo de la consulta por dolor en podiatría después de las metatarsalgias.

La región del talón comprende el calcáneo, las zonas posteriores y plantares de las inserciones ligamentosas y tendinosas, sinovias así como los paquetes neurovasculares  que lo rodean además de su función hematopoyetica (productora de sangre).

El diagnostico adecuado es la pauta para el éxito del tratamiento, por lo que el estudio del dolor del talón debe ser muy especializado.

Hay 5 causas principales sin considerar las traumáticas que producen dolor en el talón: el Espolón, la Fascitis plantar, el Síndrome del túnel del tarso, la Hiperpresión endocalcanea y la deformidad de Haglund, que deben de ser bien diferenciadas para lograr buenos resultados con el tratamiento a emplear

Espolon Calcaneo

El Dolor del talón (talalgia) suele ser atribuido al espolón calcáneo que es una formación ósea que   asemeja un espolón de ave o espina de rosal vista de lado. Pero en un 10 a 30% de la población que lo tiene no les duele.

El tratamiento conservador es a base de soportes ortopédicos antipronadores, Antiinflamatorios no esteroideos orales y antinflamatorio tópico.

El procedimiento quirúrgico es muy sencillo se realiza con anestesia local, 100% ambulatorio, no incapacitante regresa a zapatos cómodos al día siguiente de la operación. Se realiza una pequeña incisión y por ahí se elimina el espolón.

Fascitis Plantar

Causas, incidencia y factores de riesgo    La fascia plantar es una banda muy gruesa de tejido que cubre los huesos de la parte inferior del pie. Esta fascia puede inflamarse y causar dolor en algunas personas, lo cual dificulta el caminar.

Entre algunos factores de riesgo para el desarrollo de esta afección se pueden mencionar: problemas con el arco del pie (pie plano y pie con arcos altos), obesidad, aumento de peso repentino, correr y un tendón de Aquiles (el tendón que conecta los músculos de la pantorrilla al talón) muy tenso. Un paciente típico es un hombre activo con una edad comprendida entre los 40 y 70 años.

Esta afección es una de las dolencias Podiátricas más comunes relacionadas con el pie.

Se piensa comúnmente que la fascitis plantar es causada por un espolón en el talón, pero las investigaciones han encontrado que no es cierto, ya que, en las radiografías, comúnmente se observan espolones en el talón en personas con y sin fascitis plantar.

Síntomas    El síntoma más común es el dolor en la parte inferior del talón que generalmente es agudo en la mañana y va disminuyendo a lo largo del día. Al finalizar el día, el dolor puede ser reemplazado por un dolor sordo que mejora con el descanso.

Signos y exámenes    Los hallazgos del examen típico son la rigidez en la parte inferior del talón, cerca de la línea media; inflamación leve y enrojecimiento.

Se pueden tomar radiografías para descartar otros problemas, pero la presencia o ausencia de un espolón en el talón no es significativa para este tipo de dolor.

 

El tratamiento inicial consiste generalmente en ejercicios de estiramiento del talón, uso de plantillas y medicamentos antiinflamatorios. Si estas medidas fallan, enyesar el pie afectado con una férula de yeso corta para pierna por tres a seis semanas a menudo es muy efectivo para reducir el dolor y la inflamación. Otra alternativa sería usar una bota de yeso (que luce como una bota de esquí), la cual se usa todo el tiempo, pero se puede quitar para tomar una ducha.

Algunos médicos aplican inyecciones de esteroides, las cuales pueden proporcionar un alivio duradero en aproximadamente el 50 % de las personas.

El tratamiento no quirúrgico no es efectivo en unos cuantos pacientes, para quienes se vuelve necesario realizar una cirugía con el fin de liberar la fascia tensa e inflamada.

Expectativas (pronóstico). Casi todos los pacientes mejoran en un año a partir de la iniciación de la terapia no quirúrgica, sin problemas a largo plazo, y en los pocos pacientes que requieren cirugía, más del 95% siente alivio del dolor de talón.

Complicaciones    Una complicación de la terapia no quirúrgica es que el dolor persista. En el caso de la terapia quirúrgica, existe el riesgo de lesión a un nervio, infección, ruptura de la fascia plantar y el hecho de no lograr aliviar el dolor.

Tunel del Tarso

¿Qué es el túnel tarsiano?

El túnel tarsiano es un espacio angosto ubicado dentro del tobillo junto a los huesos del tobillo. El túnel está cubierto por un grueso ligamento (el retinaculo Flexor) que protege y contiene las estructuras (arterias, venas, tendones y nervios) dentro del túnel. Una de estas estructuras es el nervio tibial posterior, foco del síndrome del túnel tarsiano.

¿Qué es el síndrome del túnel tarsiano?

El síndrome del túnel tarsiano es la compresión o el pinzamiento del nervio tibial posterior que produce los síntomas en cualquier parte a lo largo del nervio. El nervio tibial posterior corre por el interior del tobillo hacia el pie.

Síntomas

Los pacientes que padecen el síndrome del túnel tarsiano experimentan uno o más de los siguientes síntomas:

Hormigueo, ardor o una sensación similar a un choque eléctrico.

Entumecimiento

Dolor, incluso dolor punzante.

Generalmente los síntomas son percibidos en el interior del tobillo y/o en la planta del pie. En algunas personas los síntomas pueden ser aislados y presentarse solamente en un lugar. En otras, se pueden extender al talón, al arco, a los dedos e incluso a la pantorrilla.

A veces los síntomas del síndrome se presentan repentinamente. Con frecuencia son ocasionados o agravados por el uso abusivo del pie, como mantenerse de pie, caminar o ejercitarse durante un tiempo prolongado, o comenzar un nuevo programa de ejercicios.

Es muy importante comenzar un tratamiento temprano si se presenta alguno de los síntomas del síndrome del túnel tarsiano. Si no es tratada, la afección progresa y puede resultar en daño permanente al nervio. Además, dado que los síntomas del síndrome de túnel tarsiano pueden confundirse con otras condiciones, una evaluación adecuada por el podiatra es esencial para poder realizar un diagnóstico correcto.

Causas

El síndrome del túnel tarsiano es causado por cualquier cosa que provoque una opresión del nervio tibial posterior, como pueden ser:

Una persona que sufre de pie plano está en riesgo de desarrollar el síndrome del túnel tarsiano pues la inclinación hacia afuera del talón que ocurre en los casos de arcos “caídos” puede producir tensión y compresión del nervio.

Una estructura dilatada o anormal que ocupa espacio dentro del túnel puede comprimir el nervio. Entre algunos ejemplos se incluyen: várices, quistes de ganglio, tendones inflamados y protuberancia ósea artrítica.

Una lesión, como un esguince, pueden producir inflamación e hinchazón en o cerca del túnel, resultando en la compresión del nervio.

Una persona con sobrepeso es propensa a experimentar presión sobre el nervio tibial posterior.

Las enfermedades sistémicas como la diabetes o la artritis pueden provocar inflamación  y así comprimir el nervio.

Tratamiento

Para tratar el síndrome del túnel tarsiano existe una variedad de opciones de tratamiento, con frecuencia utilizadas en forma combinada. Entre ellos:

Medicación vía oral. Los medicamentos anti-inflamatorios no esteroides (AINES), ayudan a reducir el dolor y la inflamación.

Inmovilización. Limitar el movimiento del pie mediante el uso de un yeso es necesario a veces para permitir que el nervio y el tejido circundante sanen.

Terapia física. Terapia de ultrasonido, ejercicios y otras formas de terapia física pueden ser indicadas para reducir los síntomas.

Terapia de inyección. Las inyecciones de anestésicos locales proporcionan alivio de dolor y la inyección de corticoesteroides puede ser útil para el tratamiento de la inflamación.

Dispositivos ortopédicos. Para ayudar a mantener el arco y limitar movimiento excesivo que pueda provoca la compresión del nervio, pueden ser indicadas plantillas ortopédicas a medida. de corticoesteroides puede ser útil para el tratamiento de la inflamación.

Cirugía. A veces, la cirugía es la mejor opción para el tratamiento del síndrome del túnel tarsiano. El médico podiatra determina si la cirugía es necesaria y seleccionará el o los procedimientos apropiados en base al origen del padecimiento.

Hiperpresión Endocalcánea

Es un padecimiento muy frecuente que suele confundirse con el resto de las afecciones que producen dolor del talón. Se trata de un dolor agudo fino que se presenta en los primeros pasos al levantarse de la cama que sede un poco al caminar pero esta presente el resto del día sobre todo cuando se esta de pie o camina.

El diagnostico se realiza clínicamente con la maniobra del Dr. Vázquez,  ya que la presencia de espolón en la radiografía lateral no es dato del acumulo excesivo de sangre en el hueso calcáneo causa principal de este padecimiento.

El procedimiento es 100% ambulatorio, sin dolor, sin incapacidad se regresa a zapatos normales el mismo día.

El 95% de los casos se van a su casa asintomático.

El 4% requieren de una o dos sangrías mas.

El 1 % mejora pero no por completo

Deformidad de Haglund

¿Qué es la deformidad de Haglund?

La deformidad de Haglund es la formación de una prolongación ósea en la parte posterior y superior del talón que en la mayoría de los casos conduce a una dolorosa bursitis, inflamación de la bursa. En la deformidad de Haglund el tejido blando próximo al tendón de Aquiles se irrita cuando la prolongación ósea roza contra el calzado.

Síntomas

La deformidad de Haglund puede presentarse en uno o en ambos pies. Los signos y síntomas incluyen:

Una notoria protuberancia  en el dorso superior del talón

Dolor en el área donde el tendón de Aquiles se una al talón.

Inflamación en la zona posterior del talón

Enrojecimiento cerca del tejido inflamado

Diagnóstico

Después de evaluar los síntomas del paciente, se examina el pie. Además indica rayos X para ayudar al médico a evaluar la estructura del hueso del talón.

 

Tratamiento: Opciones no-quirúrgicos

El tratamiento no-quirúrgico de la deformidad de Haglund apunta a reducir la inflamación de la bursa. Mientras estos métodos pueden solucionar la bursitis, no reducirán la protrusión ósea. El tratamiento no-quirúrgico puede incluir uno o más de los siguientes: medicación anti-inflamatoria, aplicar una bolsa de hielo con una toalla fina sobre el área afectada durante 20 minutos por cada hora de actividad. No colocar el hielo directamente sobre la piel. Colocar una almohadilla dentro del calzado amortigua el talón y puede ayudar a reducir la irritación al andar. A veces es posible reducir la inflamación con ciertas formas de terapia física, como la terapia de ultrasonido.

¿Cuándo se requiere cirugía?

Si el tratamiento no-quirúrgico no logra ofrecer el alivio de dolor adecuado, puede ser necesaria la cirugía para eliminar la protuberancia ósea causante del dolor.   El Dr. Vázquez y su equipo determinarán el mejor procedimiento para su caso.

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